Límites saludables
Reivindica tu verdadera esencia.
Especialmente a las mujeres nos han enseñado a dar, a estar siempre presente para el otro, a ayudar, a colaborar, y si bien en esencia tenemos todas esas cualidades en demasía nos trae mucha frustración.
Todo esto deviene en un bloqueo de nuestro propio potencial, de nuestras propias intensiones, y sobrecargadas nos quedamos sin energía, nos estancamos. Hacer un punto y a parte requiere de nosotras aceptar y reconocernos en nuestro presente, entender quiénes somos cuando podemos hacer todas las estructuras que nos inculcaron a un lado. No es fácil, pero justamente, es un proceso.
Los límites sanos se empiezan a manifestar a medida que nos vamos reconociendo, y ya no estamos pendiente de la aceptación de los demás, ya no le tenemos que demostrar nada a nadie para que nos miren y nos validen. Es nuestro camino.
La realidad es que estamos en un momento clave para dejar ir las culpas, la victimización y plantar la semilla de cambio que queremos ver en nosotras y en el mundo. Les puede asegurar que un ‘sí’ o un ‘no’, a tiempo, marca la diferencia.
Los tiempos están cambiando y cada día se ve más a las personas decir ‘no quiero’, ‘si quiero’, desde un compromiso interno, que a la vez considera al otro, no desde el egoísmo. Esto nos lleva a ser seres más auténticos, a no boicotearnos y realmente a conocernos y saber qué nos gusta, con quién queremos compartir nuestro tiempo, qué amistades nos nutren, qué pareja elegimos. En definitiva, elegimos que nuestro tiempo sea lo más beneficioso y nutricio posible.
Cuando comencé mi crecimiento y empecé a decir’ sí’ o ‘no’ desde mi convicción interna, sin temor rechazos o reclamos, no sólo me sentí aliviada, sino que la otra persona aceptaba sin resistencias ni malestar: comencé a sentirme grande y orgullosa de mí, libre.
Como bien dije en un principio, es un proceso, y confieso que hay veces y en ciertas situaciones que aún no encuentro el momento justo para decirle a alguien mi punto de vista respecto a lo que quiero o lo que no, tanto en lo personal como en lo profesional. Lo cierto es que una vez comenzado el camino de reconocimiento, en todo caso esas cosas que pasan no son cosas innegociables, y allí es donde una empieza a entender que hay veces que poniéndose en el lugar del otro y venciendo al egoísmo a veces es el camino para un mejor entendimiento.
Lo cierto es que la sana restricción cuando logramos incorporarla, nos permite mostrarnos tal cual somos, y en determinadas cuestiones, en lugar de hacernos cargo de todo, dejamos al otro entender de dónde venirnos, o bien si no está satisfecho con nuestra respuesta, tal vez pasa por lo que le ocurre a esa persona con tu decisión y ya una poco tiene que ver con eso.
La clave está en decidir ser la mejor versión de nosotras que podamos ser, para nosotras mismas y el contexto en el que estamos, las personas que nos rodean y las que elegimos. Se trata de entender tu lugar en el mundo, y aceptar que la energía con la que contamos es un recurso propio, y que es nuestra decisión elegir dónde queremos depositarla. En el aquí y ahora, es lo único que tenemos.
Patricia Mamana | Terapeuta
Sanación | Armonización | Lectura de Aura
Terapia Integrativa de Luz Dorada
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