Cuando desperdiciamos nuestra energía
Hablemos de autocuidado.
Nadie nos enseñó a renovar o transmutar nuestras energías. Vamos por la vida sin regular nuestros momentos de descanso, sin saber administrar nuestros tiempos y nos llenamos de exigencias que nos provocan la sensación de que no nos alcanza el tiempo, y que si paramos unos minutos para poder recuperar energía, estamos perdiendo el tiempo. Y así, seguimos hasta que un día nuestro cuerpo dice ‘basta’, y tenemos que parar obligadamente.
El autocuidado tendría que ser parte de nuestra vida, estar atentos a nosotros para saber cuándo es tiempo de parar y cuándo es tiempo de seguir y cuando es tiempo de decir ‘No’. Incluso si uno aprendiera a autoregularse, podría hacer muchas más cosas en el día sin cansarse.
Cuando desperdiciamos nuestra energía, nuestro cuerpo se tensiona, se rigidiza, y generamos estrés. Como estamos en tiempos muy cambiantes que nos obligan a ver cómo está nuestra vida, es fundamental que puedan comenzar a autoobservarse para saber cómo van drenando su energía.
